Tuve la suerte de ir con un grupo
grande. Salimos de Santa Clara por la mañana temprano rumbo a Cumanayagua en
una guagua –bus- Astro, que es la empresa estatal. Mi carnet de estudiante
permitía que yo pudiera viajar por ese medio de transporte no estando así
obligada a recurrir a Vía Azul, que es
la empresa turística para los extranjeros.
Una vez en Cumanayagua, como
éramos alrededor de veinte, alquilamos entre todos un camioncito que nos
llevara hasta el Nicho por diez pesos cubanos cada uno aproximadamente.
El
viaje estuvo entretenido, porque nuestros equipajes y nosotros mismos íbamos de
un lado para el otro, bastante parecido al samba.. y las subidas y bajadas por
las sierras no ayudaban para nada. Pero al fin llegamos.
El parque nacional donde está el
Nicho está a dos kilómetros de un pobladito, allí buscamos un lugar para
quedarnos y una vez más entre todos alquilamos una casita por el fin de semana,
también a diez pesos cubanos cada uno.
Por la noche cenábamos en uno de los paladares que había allí, y para el mediodía armábamos el lunch en el merendero estatal antes de arrancar para donde estaban las pozas de agua. A la noche, música, vodka, ron, juego de cartas y dominó.
Por la noche cenábamos en uno de los paladares que había allí, y para el mediodía armábamos el lunch en el merendero estatal antes de arrancar para donde estaban las pozas de agua. A la noche, música, vodka, ron, juego de cartas y dominó.
Fue por lejos uno de los mejores
viajes que hice en Cuba. Un lugar para no dejar pasar, pero sobre todo para
disfrutar con amigos.
Hasta la próxima!